Nueva moda
La nueva moda para hacerse selfies es el pequeño dron que saca fotos desde el aire. ¿Un juguete inútil o acabarán por imponerse entre los turistas a los palos de selfie?
La minicámara zumba en el aire, da un giro y mediante un comando desde el smartphone hace fotos o videos. Y para que todos puedan ser testigos del narcisimo digital, si uno quiere puede colgar las imágenes en las redes sociales incluso antes de que el dron aterrice.
El nuevo dron de selfies se promociona prometiendo fotos desde perspectivas inusuales, pero ¿pueden sustituir al famoso palo de selfie? ¿Sobre todo para aquellos que lo encuentran molesto o incluso vergonzoso?
Helicópteros de cuatro rotores
"Si usted tiene un smartphone medianamente bueno, hará selfies mucho mejores que la cámara de un dron relativamente barato", dice Daniel Schräder, redactor de la revista tecnológica online "Techstage". Y con "barato" quiere decir un dron de menos de 500 euros.
No alcanza con que el fabricante prometa ocho píxeles. "Porque depende de la calidad de las lentes y del tamaño y calidad del sensor", explica Schräder. Si el fabricante ahorra en ellos, la calidad será similar a la de un Smartphone barato.
App en el Smartphone
También el viento juega un papel importante, porque a diferencia de los palos de selfie, el nuevo dron tiene que hacer equilibrio sometido al viento y las corrientes de aire. Si no lo hacen, las imágenes salen movidas. Los más caros son más estables.
Algunas funciones pueden estar prohibidas. Por ejemplo, en Alemania no está permitido la de seguimiento, es decir que el aparato volador vaya detrás de una persona. El usuario tiene que estar mirando el dispositivo y controlándolo, indica Schräder.
En general, el usuario tiene que tener cuidado y controlar lo que graba y sube a las redes sociales. "En las selfies o videos no puede aparecer material protegido por derechos de autor u otras personas que no hayan dado su consentimiento", explica Julian Graf, de una asociación de protección al consumidor.
En resumen, con los modelos más baratos hay que contar con una calidad regular de las imágenes. Los dispositivos de alta calidad fotográfica y de video como el Mavic Pro de DJI cuestan más de 1.000 euros.
Antes de lanzarse a hacer selfies es importante además mirar bien la legislación sobre drones y, eventualmente, buscar un seguro por si hay percances.
Fuente: dpa
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