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viernes, 9 de junio de 2017

Conoce el nuevo Dron controlado desde tu Smartphone, que permite sacar selfies

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Nueva moda


La nueva moda para hacerse selfies es el pequeño dron que saca fotos desde el aire. ¿Un juguete inútil o acabarán por imponerse entre los turistas a los palos de selfie?

La minicámara zumba en el aire, da un giro y mediante un comando desde el smartphone hace fotos o videos. Y para que todos puedan ser testigos del narcisimo digital, si uno quiere puede colgar las imágenes en las redes sociales incluso antes de que el dron aterrice.

El nuevo dron de selfies se promociona prometiendo fotos desde perspectivas inusuales, pero ¿pueden sustituir al famoso palo de selfie? ¿Sobre todo para aquellos que lo encuentran molesto o incluso vergonzoso?

Helicópteros de cuatro rotores


La descripciones de producto de estos mini-quadcopter (helicópteros de cuatro rotores) suenan a un juguete que puede ser divertido. Se llaman Air-Selfie, Revell C-me o Elfie y su precio varía de los 40 a los 300 euros (unos 45 a 330 dólares). Los fabricantes prometen un uso sencillo, videos en HD e incluso una función "follow me", de seguimiento.

"Si usted tiene un smartphone medianamente bueno, hará selfies mucho mejores que la cámara de un dron relativamente barato", dice Daniel Schräder, redactor de la revista tecnológica online "Techstage". Y con "barato" quiere decir un dron de menos de 500 euros.

No alcanza con que el fabricante prometa ocho píxeles. "Porque depende de la calidad de las lentes y del tamaño y calidad del sensor", explica Schräder. Si el fabricante ahorra en ellos, la calidad será similar a la de un Smartphone barato.

App en el Smartphone


Estas cámaras voladoras se controlan mediante una app en el Smartphone. Dependiendo del fabricante, hay un mando con forma de cruz en la pantalla o utilizan los sensores de posición del smartphone. Para transmitir los comandos y las fotos o videos se usan los módulos WLAN en el dron y el Smartphone, por lo que las distancias no pueden ser muy grandes.

También el viento juega un papel importante, porque a diferencia de los palos de selfie, el nuevo dron tiene que hacer equilibrio sometido al viento y las corrientes de aire. Si no lo hacen, las imágenes salen movidas. Los más caros son más estables.

Algunas funciones pueden estar prohibidas. Por ejemplo, en Alemania no está permitido la de seguimiento, es decir que el aparato volador vaya detrás de una persona. El usuario tiene que estar mirando el dispositivo y controlándolo, indica Schräder.

También hay regulaciones como para cualquier otro tipo de dron, como alturas máximas o prohibiciones de volarlos en ciertos lugares como aglomeraciones de gente, puestos de la policía y de los bomberos, industrias, zonas de control de aeropuertos o parques naturales protegidos.

En general, el usuario tiene que tener cuidado y controlar lo que graba y sube a las redes sociales. "En las selfies o videos no puede aparecer material protegido por derechos de autor u otras personas que no hayan dado su consentimiento", explica Julian Graf, de una asociación de protección al consumidor.

En resumen, con los modelos más baratos hay que contar con una calidad regular de las imágenes. Los dispositivos de alta calidad fotográfica y de video como el Mavic Pro de DJI cuestan más de 1.000 euros.

Antes de lanzarse a hacer selfies es importante además mirar bien la legislación sobre drones y, eventualmente, buscar un seguro por si hay percances.








Fuente: dpa

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