Primera lápida digital del mundo
Máribor, a orillas del río Drava, es una ciudad eslovena fundada en el siglo VII, próxima a la frontera con Austria. En Pobrezje, el cementerio local, acaba de instalarse la primera lápida tecnológica del mundo, con la que incluso se puede identificar a quienes visiten la tumba con objeto de mostrar información seleccionada: discursos grabados por el difunto, mensajes de despedidas de sus dolientes, citas religiosas o literarias, cartas, datos sobre su vida personal y profesional, canciones... «No hay límite», resume Milan Zorman, profesor de la Facultad de Electrónica e Informática de esta ciudad, la más grande del país tras la capital Liubliana.Fue precisamente en ese centro universitario donde nació el invento que han bautizado como iTernal y en el que, según el profesor, «es posible incluir toda la información que cabe en el disco duro de un ordenador».
Si nadie visita la tumba, la lápida digital se mimetiza con el resto y tan solo se aprecia el nombre del difunto y las fechas de nacimiento y muerte. Pero si se acerca alguien previamente identificado, comienza a lanzar la información deseada e incluso los mensajes que el fallecido dejó antes de morir.
Según Zorman, la idea original es de Saso Radovanovic, director de Bio Energija, quien asegura que la pantalla de la lápida tecnológica, de 42 pulgadas, «no se rompe. Las tormentas, el calor o el frío extremo no le afectan.
El primer prototipo se instaló en una tumba falsa de este cementerio, uno de los más bellos de Europa y en el que descansan cientos de soldados de ambas guerras mundiales». La lápida digital también reproduce la música favorita del difunto, aunque, con objeto de respetar la paz del camposanto, en lugar de altavoces se puede utilizar los auriculares del móvil conectados a través de una aplicación específica.
Tres mil euros
El iTernal promete revolucionar la forma de recordar a los seres queridos, lo que aumentará las visitas a los cementerios. «De niños mirábamos los años en las lápidas y contábamos la edad de los difuntos al morir. Hoy, estos monumentos pueden ofrecer una inmensidad de datos. Las posibilidades son infinitas», indica Zorman, al tiempo que especifica el precio de iTernal: tres mil euros.
Pero este ingenio no solo tiene la capacidad de identificar a los visitantes que se acerquen a la tumba a través de datos biométricos o por los datos del móvil, sino que su contenido puede variar según la época del año. Según Zorman, puede haber programas diferentes para cónyuges, hijos o amigos en fechas diferentes, «como aniversarios o si es el día de los difuntos».
Respecto a quién decide y administra qué contenido se puede emitir desde la lápida tecnológica y en qué momento, los responsables del proyecto reconocen que se podría originar controversias legales sobre su uso.
Fuente: ABC
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